Pequeña luz de esperanza
que te empeñas en sacar mi alma de la obscuridad
con numerosas osadías
tú empeño incansable se ha vuelto ya.
Pequeña luz de esperanza
de cuerpo y alma estás formada
y como si fuera un sacrificio
tu corazón a mi alma encargas.
Pero mi alma necia y ciega
a la obscuridad se aferra;
no conoce otra cosa
y aterrada se encuentra,
el simple hecho de sentirse amada,
de amar y ser correspondida,
de nuevo ser herida,
la confunden y no asimila
las buenas intenciones
de tú alma decidida.
Espero que comprendas
pequeña luz de mi vida
mis vanas declaraciones,
excusas, pero no mentiras,
de un alma desolada
que sólo te quiere como amiga.